domingo, 30 de agosto de 2015

Diversidad de la iglesia

Formar parte de una iglesia local es una gran bendición. Ir cada domingo a un edificio lleno de pecadores que están luchando con diversas pruebas es estimulante. 
Me explico: todos somos diferentes y únicos, pero todos enfrentamos debilidades y pecados. El estímulo viene cuando los miembros comparten entre sí las formas en las que Dios los ha ayudado. Cristo fue tentado en todo, mas nunca pecó y prometió ayudarnos cuando lo necesitemos... Cómo nos ayuda? A través de Su palabra, la Biblia, por medio de la oración y claro, cuando compartimos los unos con los otros.

Mi punto es que podemos encontrar mucha diversidad en la iglesia... por ejemplo, me quedé observando un grupito que estaba aprendiendo algunas canciones en lenguaje de señas. Hay algunas personas sordas en mi iglesia y algunos hermanos han procurado aprender este idioma para servir de traductores. Es simplemente asombroso el hecho de que no haga falta un miembro del cuerpo para que este pueda seguir sus funciones y comunicarse.

Tal vez no lo sea para ti, pero para mí es una gran cosa. El otro día mientras tomaba el tren para ir a casa, un joven que caminaba frente a mí me hacía gestos con las manos: círculos en sus ojos, señalando mis grandes lentes. Luego hizo como señas de un ramo de flores (o eso entendí yo). Cuando se fue mis ojos se humedecieron; sin razón aparente comencé a llorar, seguramente de felicidad. No por el cumplido que había recibido (investigué esas señas en la casa desde que llegué), sino por la hermosa habilidad y tierno regalo que nos dio Dios para comunicarnos sin tener que articular palabras. Le dio gran sabiduría al hombre y esto permitió que este haga y cree cosas. 

Esta es la seña de la "flor"


Ahora cuéntame, te gusta el lenguaje de señas? Sabes alguna seña?
Yo por mi parte estoy comenzando a aprenderlo y debo decir que me encanta! Sé decir muchas cosas y lo aprendo muy rápido.

jueves, 27 de agosto de 2015

Devocional de hoy

Actualmente estoy suscrita en un devocional del autor estadounidense John Piper y esto me tocó hoy... Así que quise compartirlo

Que hacer cuando te sientes frágil al despertarte

Hay mañanas cuando me siento frágil al despertarme. Vulnerable. A menudo es vago. Sin una sola amenaza. Sin una sola debilidad. Solo un sentido indefinido que algo va a salir mal y que yo seré responsable. Usualmente es después de mucha crítica. Muchas expectativas que tienen plazos cortos y que parecen demasiado grandes e inalcanzables. 

Cuando miro atrás a 50 años de tales mañanas periódicas, estoy asombrado de cómo el Señor Jesús ha preservado mi vida. Y mi ministerio. La tentación de alejarme del estrés nunca me ha ganado – pues todavía no. Esto es asombroso. Le alabo por esto. 

¿Cómo lo ha hecho? Por oración desesperada y por promesas particulares. Estoy de acuerdo con Spurgeon: Me encantan los “Yo haré” de Dios. 

En vez de dejarme caer en un parálisis de miedo, o correr a un espejismo de pastos más verdes, él ha despertado en mi un clamor para ayuda y luego ha contestado con una promesa concreta. 

Aquí hay un ejemplo. Es reciente. Me sentí emocionalmente frágil al despertarme. Débil. Vulnerable. Oré: “Señor, ayúdame. Ni estoy seguro cómo orar.”

Una hora después yo estaba leyendo en el libro de Zacarías, buscando la ayuda por la cual había clamado. Y llegó. El profeta oyó buenas noticias de parte de un ángel acerca de Jerusalén: 

Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de ganado en medio de ella. Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella. (Zacarías 2:4-5)

Habrá tanta prosperidad y crecimiento para el pueblo de Dios que Jerusalén ya no podrá caber dentro de sus muros. “La multitud de hombres y de ganado” será tanta que Jerusalén será como muchos pueblos, esparciéndose sobre la tierra sin muros. 

¡Pero los muros son necesarios! Son la seguridad contra multitudes ilegales y ejércitos enemigos. Los pueblos son frágiles, débiles, vulnerables. La prosperidad es buena, ¿Pero qué tal la protección?

A la cual, Dios dice en Zacarías 2:5, “Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor.” Sí. Ésa es. Ésa es la promesa. La “Yo haré” de Dios. Ésa es lo que yo necesito. Y si es verdadera para los pueblos vulnerables de Jerusalén, es verdadera para mi, un hijo de Dios. Dios será “un muro de fuego en derredor de mi.” Sí. Lo será. Lo ha sido. Y lo será. 

Y aun se pone mejor. Dentro del muro ardiente de protección, él dice, “para gloria estaré en medio de ella.” Dios nunca está contento de solo darnos la protección de su fuego; él nos dará el placer de su presencia también.

Esto me fue dulce. Me sostuvo por días. Lo llevé conmigo al púlpito. Lo llevé conmigo a las reuniones de familia. Lo llevé a las reuniones de liderazgo. Lo llevé a las llamadas telefónicas y a los correos electrónicos.

Esto ha sido mi rescate cada vez desde que primero estaba subrayando mi Biblia de versión antigua a la edad de 15 años. Dios me ha rescatado por medio de clamores para ayuda y promesas concretas. Esta vez él dijo: “Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.”

Clámale a él. Luego, escudriñe la Biblia para su promesa propicia. Somos frágiles. Pero Él no.